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| - Por sus características técnicas y decorativas se puede identificar con una pieza procedente de una de las manufacturas sederas españolas más relevantes, la real fábrica de Molero. Fundada en Toledo hacia 1714, tuvo su etapa de esplendor bajo la dirección de Miguel Gregorio Molero (+1801), hijo del fundador. Estaba especializada en la tejeduría de toda clase de prendas para indumentaria religiosa, cuya principal característica era la riqueza de los materiales empleados y que se hacían de una sola pieza, de modo que salían ya del telar con las cenefas y galones hechos, y tan sólo era necesario forrarlas. Por su calidad, de los telares de esta fábrica salieron ternos para casi todas las catedrales y conventos españoles, y para América, Jerusalén, Roma o Constantinopla. En 1771 Carlos III concedió a la fábrica el uso de las Armas Reales, y continuó activa hasta 1874. Dentro de las producciones de Molero, esta pieza sigue modelos neoclásicos de las décadas de 1780 y 1790, que se siguieron repitiendo hasta el cierre de la fábrica (en la parroquia de Santo Tomé de Toledo se conserva una pieza similar perteneciente a un terno realizado en la fábrica de Molero en 1862), y constituye un ejemplo de las producciones más sencillas y menos costosas de la real fábrica, debido a la ausencia de chenilla e hilo metálico, y a la paleta cromática muy reducida.En el museo se conserva otro cubrecáliz igual, aunque de color blanco (CE04586).
BIBLIOGRAFÍA: MARTÍN-PEÑATO LÁZARO, M. J., Fábrica toledana de ornamentos litúrgicos de Miguel Gregorio Molero, Toledo, 1980; FERRER GONZÁLEZ, J. M. Y RAMÍREZ RUIZ, V., Tapices y textiles de Castilla-La Mancha, Guadalajara, 2007, pp. 109-114 y 128-133. (es)
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