. "Espa\u00F1a entre dos siglos y la devoluci\u00F3n de Menorca: 1802 = Espanya entre dos segles i la devoluci\u00F3 de Menorca : 1802. Madrid: Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, 2002. p. 321-322, il. 185; Esta pareja de banquetas procede, sin duda, de una serie de m\u00E1s amplia. Est\u00E1n construidas en pino, madera que se empleaba habitualmente en esa \u00E9poca en Espa\u00F1a, y sobre todo en Madrid, donde abunda el pino Melis, en la realizaci\u00F3n de muebles pintados y dorados. La estructura es muy sencilla: en cuatro montantes verticales, que forman los soportes y las piezas de \u00E1ngulo de la cintura, se ensamblan a caja y espiga cuatro delgados largueros; el interior de las uniones est\u00E1 reforzado con \u00E1ngulos de madera, varios de los cuales han sido repuestos. En una de las banquetas se ha a\u00F1adido un list\u00F3n interno en el lado izquierdo para garantizar su estabilidad. La decoraci\u00F3n oscila entre la tradici\u00F3n neocl\u00E1sica temprana y el giro arqueologizante y riguroso que caracteriza a los \u00FAltimos a\u00F1os de1 siglo XVIII y los primeros del XIX. Las patas que se alzan sobre los calzos piriformes con fajas de perlas y hojas, y que se rematan con una escocia, y que est\u00E1n ornamentadas con estr\u00EDas gallonadas en su parte inferior y estr\u00EDa muerta con ca\u00EDdas de hojas en la superior, siguiendo un modelo franc\u00E9s muy extendido durante los \u00FAltimos veinte a\u00F1os el siglo XVIII; el colorido vivo y claro, es tambi\u00E9n ligeramente retardatario, ya que en Francia se ha producido por estos a\u00F1os un a\u00F1os un oscurecimiento de los tonos, que no tiene eco en la Pen\u00EDnsula hasta despu\u00E9s de la Guerra de la Independencia. La decoraci\u00F3n de la cintura est\u00E1, sin embargo, m\u00E1s acorde con las \u00FAltimas novedades: el vidrio eglomizado (cristal pintado y dorado por la cara trasera, con el que se obtienen dibujos bicolores que evocan a los camafeos) se pone de moda durante el periodo del Directorio, al igual que las cabezas de le\u00F3n de los \u00E1ngulos, los antemas, las cabezas clasicistas y las rosetas multip\u00E9talas de los tondos centrales; la estructura ornamental que disimula la disposici\u00F3n vertical de los montantes fingiendo una cintura en la que los motivos discurren horizontalmente sin soluci\u00F3n de continuidad, demuestra tambi\u00E9n una buena asimilaci\u00F3n de las tendencias m\u00E1s avanzadas. La disposici\u00F3n general de los motivos y la presencia de cristales eglomizados relacionan estos taburetes con algunos de los conjuntos salidos del Real Taller de Ebanister\u00EDa de Madrid en los primeros a\u00F1os del siglo XIX, como el que se realiz\u00F3 para que sirviera a la reina Mar\u00EDa Luisa durante la jornada de Barcelona, o como alguna pieza dise\u00F1ada por A. Pomareda. El asiento est\u00E1 formado por un bastidor en el que se clavetea la guarnici\u00F3n textil, de manera que se puede cambiar con facilidad; esta \u00FAltima, al igual que el henchido, son reposiciones recientes, aunque se haya empleado un terciopelo rojo de seda antiguo, del que se han descosido los galones que lo enriquecieron previamente, cuya presencia delatan las se\u00F1ales de las l\u00EDneas de costura. Sof\u00EDa Rodr\u00EDguez Bernis.. Espa\u00F1a entre dos siglos y la devoluci\u00F3n de Menorca: 1802. Madrid: Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, 2002. p. 320-321, il. 101; Esta pareja de banquetas procede, sin duda, de una serie de m\u00E1s amplia. Est\u00E1n construidas en pino, madera que se empleaba habitualmente en esa \u00E9poca en Espa\u00F1a, y sobre todo en Madrid, donde abunda el pino Melis, en la realizaci\u00F3n de muebles pintados y dorados. La estructura es muy sencilla: en cuatro montantes verticales, que forman los soportes y las piezas de \u00E1ngulo de la cintura, se ensamblan a caja y espiga cuatro delgados largueros; el interior de las uniones est\u00E1 reforzado con \u00E1ngulos de madera, varios de los cuales han sido repuestos. En una de las banquetas se ha a\u00F1adido un list\u00F3n interno en el lado izquierdo para garantizar su estabilidad. La decoraci\u00F3n oscila entre la tradici\u00F3n neocl\u00E1sica temprana y el giro arqueologizante y riguroso que caracteriza a los \u00FAltimos a\u00F1os de1 siglo XVIII y los primeros del XIX. Las patas que se alzan sobre los calzos piriformes con fajas de perlas y hojas, y que se rematan con una escocia, y que est\u00E1n ornamentadas con estr\u00EDas gallonadas en su parte inferior y estr\u00EDa muerta con ca\u00EDdas de hojas en la superior, siguiendo un modelo franc\u00E9s muy extendido durante los \u00FAltimos veinte a\u00F1os el siglo XVIII; el colorido vivo y claro, es tambi\u00E9n ligeramente retardatario, ya que en Francia se ha producido por estos a\u00F1os un a\u00F1os un oscurecimiento de los tonos, que no tiene eco en la Pen\u00EDnsula hasta despu\u00E9s de la Guerra de la Independencia. La decoraci\u00F3n de la cintura est\u00E1, sin embargo, m\u00E1s acorde con las \u00FAltimas novedades: el vidrio eglomizado (cristal pintado y dorado por la cara trasera, con el que se obtienen dibujos bicolores que evocan a los camafeos) se pone de moda durante el periodo del Directorio, al igual que las cabezas de le\u00F3n de los \u00E1ngulos, los antemas, las cabezas clasicistas y las rosetas multip\u00E9talas de los tondos centrales; la estructura ornamental que disimula la disposici\u00F3n vertical de los montantes fingiendo una cintura en la que los motivos discurren horizontalmente sin soluci\u00F3n de continuidad, demuestra tambi\u00E9n una buena asimilaci\u00F3n de las tendencias m\u00E1s avanzadas. La disposici\u00F3n general de los motivos y la presencia de cristales eglomizados relacionan estos taburetes con algunos de los conjuntos salidos del Real Taller de Ebanister\u00EDa de Madrid en los primeros a\u00F1os del siglo XIX, como el que se realiz\u00F3 para que sirviera a la reina Mar\u00EDa Luisa durante la jornada de Barcelona, o como alguna pieza dise\u00F1ada por A. Pomareda. El asiento est\u00E1 formado por un bastidor en el que se clavetea la guarnici\u00F3n textil, de manera que se puede cambiar con facilidad; esta \u00FAltima, al igual que el henchido, son reposiciones recientes, aunque se haya empleado un terciopelo rojo de seda antiguo, del que se han descosido los galones que lo enriquecieron previamente, cuya presencia delatan las se\u00F1ales de las l\u00EDneas de costura. Sof\u00EDa Rodr\u00EDguez Bernis. La silla, entre el \u00FAltimo barroco y el historicismo. En: CUESTA ROMERO, Genoveva. Madrid: Ediciones Antiqvaria, 2001. Signatura PP 320. p. 44; Escabel, Madrid, probablemente Real Taller de Ebanister\u00EDa, principios del siglo XIX. Madera de pino, policromada y dorada. Representa el clasicismo purista de influencia francesa, con ornamentaci\u00F3n de relieves de antemas, leones, perlas y hojas, y de cristales eglomizados (pintados y dorados por la parte posterior) con aire de camafeos en cristal. El asiento es desmontable.; Galer\u00EDa Antiqvaria, n\u00BA 198 (a\u00F1o XIX), octubre, 2001, p. 40-46."@es . . . "Espa\u00F1a entre dos siglos y la devoluci\u00F3n de Menorca: 1802 = Espanya entre dos segles i la devoluci\u00F3 de Menorca : 1802. Madrid: Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, 2002. p. 321-322, il. 185; Esta pareja de banquetas procede, sin duda, de una serie de m\u00E1s amplia. Est\u00E1n construidas en pino, madera que se empleaba habitualmente en esa \u00E9poca en Espa\u00F1a, y sobre todo en Madrid, donde abunda el pino Melis, en la realizaci\u00F3n de muebles pintados y dorados. La estructura es muy sencilla: en cuatro montantes verticales, que forman los soportes y las piezas de \u00E1ngulo de la cintura, se ensamblan a caja y espiga cuatro delgados largueros; el interior de las uniones est\u00E1 reforzado con \u00E1ngulos de madera, varios de los cuales han sido repuestos. En una de las banquetas se ha a\u00F1adido un list\u00F3n interno en el lado izquierdo para garantizar su estabilidad. La decoraci\u00F3n oscila entre la tradici\u00F3n neocl\u00E1sica temprana y el giro arqueologizante y riguroso que caracteriza a los \u00FAltimos a\u00F1os de1 siglo XVIII y los primeros del XIX. Las patas que se alzan sobre los calzos piriformes con fajas de perlas y hojas, y que se rematan con una escocia, y que est\u00E1n ornamentadas con estr\u00EDas gallonadas en su parte inferior y estr\u00EDa muerta con ca\u00EDdas de hojas en la superior, siguiendo un modelo franc\u00E9s muy extendido durante los \u00FAltimos veinte a\u00F1os el siglo XVIII; el colorido vivo y claro, es tambi\u00E9n ligeramente retardatario, ya que en Francia se ha producido por estos a\u00F1os un a\u00F1os un oscurecimiento de los tonos, que no tiene eco en la Pen\u00EDnsula hasta despu\u00E9s de la Guerra de la Independencia. La decoraci\u00F3n de la cintura est\u00E1, sin embargo, m\u00E1s acorde con las \u00FAltimas novedades: el vidrio eglomizado (cristal pintado y dorado por la cara trasera, con el que se obtienen dibujos bicolores que evocan a los camafeos) se pone de moda durante el periodo del Directorio, al igual que las cabezas de le\u00F3n de los \u00E1ngulos, los antemas, las cabezas clasicistas y las rosetas multip\u00E9talas de los tondos centrales; la estructura ornamental que disimula la disposici\u00F3n vertical de los montantes fingiendo una cintura en la que los motivos discurren horizontalmente sin soluci\u00F3n de continuidad, demuestra tambi\u00E9n una buena asimilaci\u00F3n de las tendencias m\u00E1s avanzadas. La disposici\u00F3n general de los motivos y la presencia de cristales eglomizados relacionan estos taburetes con algunos de los conjuntos salidos del Real Taller de Ebanister\u00EDa de Madrid en los primeros a\u00F1os del siglo XIX, como el que se realiz\u00F3 para que sirviera a la reina Mar\u00EDa Luisa durante la jornada de Barcelona, o como alguna pieza dise\u00F1ada por A. Pomareda. El asiento est\u00E1 formado por un bastidor en el que se clavetea la guarnici\u00F3n textil, de manera que se puede cambiar con facilidad; esta \u00FAltima, al igual que el henchido, son reposiciones recientes, aunque se haya empleado un terciopelo rojo de seda antiguo, del que se han descosido los galones que lo enriquecieron previamente, cuya presencia delatan las se\u00F1ales de las l\u00EDneas de costura. Sof\u00EDa Rodr\u00EDguez Bernis.. Espa\u00F1a entre dos siglos y la devoluci\u00F3n de Menorca: 1802. Madrid: Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, 2002. p. 320-321, il. 101; Esta pareja de banquetas procede, sin duda, de una serie de m\u00E1s amplia. Est\u00E1n construidas en pino, madera que se empleaba habitualmente en esa \u00E9poca en Espa\u00F1a, y sobre todo en Madrid, donde abunda el pino Melis, en la realizaci\u00F3n de muebles pintados y dorados. La estructura es muy sencilla: en cuatro montantes verticales, que forman los soportes y las piezas de \u00E1ngulo de la cintura, se ensamblan a caja y espiga cuatro delgados largueros; el interior de las uniones est\u00E1 reforzado con \u00E1ngulos de madera, varios de los cuales han sido repuestos. En una de las banquetas se ha a\u00F1adido un list\u00F3n interno en el lado izquierdo para garantizar su estabilidad. La decoraci\u00F3n oscila entre la tradici\u00F3n neocl\u00E1sica temprana y el giro arqueologizante y riguroso que caracteriza a los \u00FAltimos a\u00F1os de1 siglo XVIII y los primeros del XIX. Las patas que se alzan sobre los calzos piriformes con fajas de perlas y hojas, y que se rematan con una escocia, y que est\u00E1n ornamentadas con estr\u00EDas gallonadas en su parte inferior y estr\u00EDa muerta con ca\u00EDdas de hojas en la superior, siguiendo un modelo franc\u00E9s muy extendido durante los \u00FAltimos veinte a\u00F1os el siglo XVIII; el colorido vivo y claro, es tambi\u00E9n ligeramente retardatario, ya que en Francia se ha producido por estos a\u00F1os un a\u00F1os un oscurecimiento de los tonos, que no tiene eco en la Pen\u00EDnsula hasta despu\u00E9s de la Guerra de la Independencia. La decoraci\u00F3n de la cintura est\u00E1, sin embargo, m\u00E1s acorde con las \u00FAltimas novedades: el vidrio eglomizado (cristal pintado y dorado por la cara trasera, con el que se obtienen dibujos bicolores que evocan a los camafeos) se pone de moda durante el periodo del Directorio, al igual que las cabezas de le\u00F3n de los \u00E1ngulos, los antemas, las cabezas clasicistas y las rosetas multip\u00E9talas de los tondos centrales; la estructura ornamental que disimula la disposici\u00F3n vertical de los montantes fingiendo una cintura en la que los motivos discurren horizontalmente sin soluci\u00F3n de continuidad, demuestra tambi\u00E9n una buena asimilaci\u00F3n de las tendencias m\u00E1s avanzadas. La disposici\u00F3n general de los motivos y la presencia de cristales eglomizados relacionan estos taburetes con algunos de los conjuntos salidos del Real Taller de Ebanister\u00EDa de Madrid en los primeros a\u00F1os del siglo XIX, como el que se realiz\u00F3 para que sirviera a la reina Mar\u00EDa Luisa durante la jornada de Barcelona, o como alguna pieza dise\u00F1ada por A. Pomareda. El asiento est\u00E1 formado por un bastidor en el que se clavetea la guarnici\u00F3n textil, de manera que se puede cambiar con facilidad; esta \u00FAltima, al igual que el henchido, son reposiciones recientes, aunque se haya empleado un terciopelo rojo de seda antiguo, del que se han descosido los galones que lo enriquecieron previamente, cuya presencia delatan las se\u00F1ales de las l\u00EDneas de costura. Sof\u00EDa Rodr\u00EDguez Bernis. La silla, entre el \u00FAltimo barroco y el historicismo. En: CUESTA ROMERO, Genoveva. Madrid: Ediciones Antiqvaria, 2001. Signatura PP 320. p. 44; Escabel, Madrid, probablemente Real Taller de Ebanister\u00EDa, principios del siglo XIX. Madera de pino, policromada y dorada. Representa el clasicismo purista de influencia francesa, con ornamentaci\u00F3n de relieves de antemas, leones, perlas y hojas, y de cristales eglomizados (pintados y dorados por la parte posterior) con aire de camafeos en cristal. El asiento es desmontable.; Galer\u00EDa Antiqvaria, n\u00BA 198 (a\u00F1o XIX), octubre, 2001, p. 40-46."@es .