Se trata de una sobrepuerta o portière, un formato bastante habitual en las tapicerías del siglo XVII, accesorio de series de diversa temática. Normalmente, los portières iban colocados en el tramo de muro que quedaba libre entre el dintel de la puerta y el techo de la sala. Esta sobrepuerta, sin marcas que la identifiquen, pertenece a la misma tapicería heráldica que el ejemplo anterior y representa las mismas armas , con lo que las posibilidades de que se trate de otra obra tejida por Hendrik II Reydams (1669-1719) son bastante altas. Aunque la pieza está desprovista de sus borduras originales -lugar donde irían tejidas las marcas-, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que nuestro tapiz fue ejecutado en el taller referido; las características y los detalles son muy semejantes en ambos paños.
Perteneciente, como se ha dicho, a una saga de liceros bruselenses,Reydams el joven tomó los mandos de la manufactura tras la muerte de su predecesor. Era, además, primo de los hermanos Leyniers, más activos hacia el principio de la centuria siguiente y de los que conservamos también un interesante ejemplar de un género distinto al de este que nos ocupa.
Las armas pertenecen a don Bernardo de Quirós, Velasco y de la Cueva, Girón y Mendoza, caballero de Santiago, que fue enviado extraordinario en los Países Bajos de 1692 a 1696, embajador de 1696 a 1699 y plenipotenciario de 1700 a 1702. Personaje importante en la diplomacia española en los años cruciales del cambio de dinastía y comienzo de la Guerra de Sucesión, y con la capacidad económica para encargarse una serie de tapicerías. El Archivo Histórico Nacional guarda todos los expedientes de los caballeros de Santiago.
Es una pieza cuyo arte, de primera calidad, indica que su cartonista se halla en el círculo de David Teniers, hijo, si no fue el mismo Teniers, quien realizó tapicerías para otras familias españolas contemporáneas, como era de tradición hacerlo en Bruselas desde el tiempo de los Reyes Católicos.