La casaca formaba parte del terno a la francesa. Prenda que se caracterizaba por su hechura pero, sobre todo, por los ricos bordados que la guarnecían.
Este ejemplar de indumentaria de caballero refleja la moda imperante en el reinado de Carlos IV. La calidad de los materiales empleados en su confección y la profusión de decoración de la prenda indican que perteneció a una persona acomodada.